“Ojalá que
vivas en tiempos interesantes”. La frase se atribuye a una supuesta maldición
china y aplica perfectamente a los turbulentos años ’60 en Estados Unidos;
época en que se desata la generation gap.
Esta brecha ideológica y vivencial involucraba, por un lado, a la generación de
entre 45 y 60 años cuyo sistema de valores orbitaba en torno al “modo de vida
norteamericano”, centrado en en apoyo a la sociedad de consumo y en la crrencia
en el rol de Estados Unidos como guardián de la democracia en el mundo. En la
vereda de enfrente estaban sus hijos, los llamados baby boomers. Eran los bebés de la posguerra, que ya tenían 20 años
y se negaban a ir a Vietnam a pelear una guerra que sentían como ajena. La difusión
de la píldora anticonceptiva había liberado sus cuerpos de la represión sexual
padecida por sus mayores -el Sida estaba aún muy lejos en el horizonte-, pero
la grieta era más profunda aún. Estos jóvenes no querían seguir la profesión de
sus padres ni adoptar su modelo de vida ni su visión del mundo. Y como la
comunicación en casa a menudo se volvía imposible, cada día eran más los
adolescentes que dejaban sus hogares y se dirigían a la costa oeste del país, a
buscarse una vida diferente.
Jefferson Airplane "Surrealistic Pillow" (1967)
Los más osados adhirieron a ese postulado de la contracultura que incitaba a “volver a la tierra”, a fundar una sociedad alternativa basada en comunidades agrarias autosuficientes y sin roles fijos, donde las tareas de la vida diaria fuesen compartidas por todos sus miembros. Otros simplemente se asentaron en San Francisco y se sumaron a la economía informal de la ciudad, viviendo en casas comunitarias y trabajando como artesanos, músicos y escribas del naciente periodismo alternativo, que muy pronto alumbraría revistas como Rolling Stone y Crawdaddy además de decenas de fanzines impresas por los estudiantes en los campus universitarios. Así también surgieron las primeras expresiones de la conciencia ecológica, cristalizadas en el Whole Earth Catalogue, un compendio de artículos del más diverso origen que apuntaban a todos los aspectos de la vida.
Grateful Dead: "Live/Dead" (1970)
El aluvión migratorio de los
jóvenes, sumado a la población estable de la ciudad, potenció el desarrollo del
rock de San Francisco. Salas como el Avalon, Winterland y el Fillmore se
acostumbraron a la presencia de bandas emblemáticas como Jefferson Airplane,
The Grateful Dead, Big Brother and the Holding Company -con Janis Joplin- y
Country Joe & the Fish. Más allá de las características individuales, los
diferentes grupos tenían raíces en común. Conocían el léxico del rock
primigenio de Chuck Berry, como así también la rica tradición de blues y de
folk del país; todo esto tamizado por el pop de los Beatles, las canciones de
Bob Dylan y la literatura Beat de
Jack Kerouac y Allen Ginsberg, sumada al espiritualismo de Gary Snyder.
Country Joe & the Fish "Electric Music for the Mind and Body" (1967)
Los grupos de San Francisco
compartían de igual a igual la ideología y los valores de sus audiencias. Los
recitales de los Grateful Dead -capitaneados por el guitarrista y cantante
Jerry Garcia - eran un rito colectivo, un motivo de encuentro y de celebración
que a menudo tomaba la forma de eventos al aire libre, con entrada gratuita,
que solían durar tres o cuatro horas y que mostraban al grupo y a su audiencia
en perfecta sintonía. Jefferson Airplane
se valía del encanto de la cantante Grace Slick y el talento de su guitarrista
Jorma Kaukonen para denunciar las trampas de la sociedad plástica y Country Joe & the Fish matizaba su “música
eléctrica para el cuerpo y la mente” con feroces manifiestos pacifistas, como
el que usando la lógica inversa de un típico aviso publicitario, incitaba a los
padres y madres del país a enviar sin demora sus hijos a la guerra de Vietnam,
espetándoles con sarcasmo: “¡Que sea la
primera su casa, en recibir de vuelta a su hijo en una caja!”.
Spirit: "Spirit" (1967)
La consigna generacional era liberar
el cuerpo y expandir la mente, y en esa búsqueda tuvo un rol preponderante el
uso de drogas psicodélicas, como la marihuana y el LSD, el polémico ácido
lisérgico. El clima de ritual de los conciertos se acrecentaba –además- por el
impacto visual al que contribuían las proyecciones y los juegos de luces
multicolores y, en el caso de bandas como Grateful Dead o Quicksilver Messenger
Service, las extensas excursiones instrumentales de sus temas llevaban al
público a un clima de auténtico trance.
El rock de Los Angeles, por su
parte, mostraba otra faceta de la contracultura, más descarnada e iconoclasta.
Tironeado entre su pasión por el cine de autor y su amor por la prosa quemante
de Charles Baudelaire y la obra nihilista de Ferdinand Céline, Jim Morrison
condujo a The Doors a bucear en la “larga noche del alma” que se escondía
detrás del Gran Sueño Americano. Sus letras hablaban de autopistas que llevan
al fin de la noche, de sentirse un extraño entre calles escabrosas y ajenas,
del fin de los planes elaborados y de las cosas que uno da por seguras. Por su
parte, Frank Zappa matizaba la mezcla de pop y música clásico-contemporánea de
sus Mothers of Invention con encendidas sátiras a los “hippies de fin de semana”,
pero también apuntaba a la hipócrita ambigüedad de sus padres, a quienes
demandaba: “¿Alguna vez les dijeron a sus
hijos que están felices de que puedan pensar por sí mismos? / ¿alguna vez les
dijeron que los aman? ¿Alguna vez dejaron que los vean beber?”.
The Mothers of Invention: "We're Only in it for the Money" (1968)
El apogeo del rock de la Costa Oeste puede ubicarse
entre esos dos festivales emblemáticos que fueron el de Monterey Pop de junio
de 1967 y el de Woodstock en agosto del ’69. Mientras tanto, Estados Unidos se
empantanaba más y más en los fangales de Vietnam de la mano del gobierno
republicano de Richard Nixon -con su fiel consejero Henry Kissinger- y en el
frente interno se acrecentaba la represión contra los “elementos indeseables”
que se oponían a la versión oficial de la realidad, una escalada que alcanzaría
su cenit en 1970 cuando los soldados y la guardia civil entraron a sangre y
fuego en el campus universitario de Kent State para acallar una manifestación antibélica,
asesinando a sangre fría a cuatro estudiantes y motivando una respuesta inmediata
de Neil Young: “Vino Nixon con sus
soldaditos de lata / finalmente estamos solos / este verano escuché los
tambores: cuatro muertos en Ohio…”
Crosby, Stills, Nash & Young: "Déjà Vu" (1970)
El tema “Ohio” de Crosby, Stills,
Nash & Young quizás haya sido el último eslabón de un rock californiano
comprometido con la problemática de su tiempo. El clima musical de los 70
ciertamente sería diferente y a medida que el rock se convertía en un gran
negocio, movilizador de millones de dólares, las redes de la industria musical
se orientaron más y más a la búsqueda de fórmulas ganadoras que garantizaran el
fluir constante de los hits. De ser un baluarte testimonial, el rock
californiano pasó a celebrarse a sí mismo. De todos modos, su gérmen inquieto y
revulsivo nunca se diluyó del todo: a la vuelta de la esquina esperaba el
vibrión del punk, con Black Flag y los Dead Kennedys a la cabeza. Pero eso,
como suele decirse, es otra historia.
Alfredo
Rosso
West Coast rock, una
discografía básica
Jefferson
Airplane: “Surrealistic Pillow”
The Grateful Dead: “Live/Dead”;
Big Brother & the Holding Co. con Janis Joplin:
“Cheap Thrills”
Country Joe & the Fish: “Electric Music For the
Mind and Body”
Quicksilver Messenger Service: “Quicksilver Messenger
Service”
Spirit: “Spirit”
The Doors: “The Doors”
Frank Zappa & the Mothers of Invention: “We’re
Only In It For the Money”
Buffalo Springfield: “Buffalo Springfield”
Crosby,
Stills, Nash & Young: “Déjà Vu”
3 comentarios:
Buena síntesis Alfredo. Vivi un año en California en el 74 y aun se respiraban esos vientos. Agregaria a la lista de imprescindibles a Hot Tuna, con quienes tengo una linda anécdota. un abrazo. Esteban
Hola , en la discografía básica de West Coast Rock, EL TÍTULO DEL DISCO DE Spirit que ponen , no se corresponde con ningún lp.Es el título de una canción que luego versionarían los Led Zeppelin. Saludos
Agustín
Gracias, Agustín. Es muy cierto lo que decís: "Fresh garbage" es el título del primer tema del primer álbum de Spirit. Ya fue efectuada la corrección.
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