lunes, 27 de febrero de 2012

4AD : Entre la bruma y la eternidad


La explosión del punk en Gran Bretaña, en 1977, significó mucho más que la llegada de un nuevo estilo musical. Más allá de esa virtual “toma de la Bastilla” que encabezaron los Sex Pistols y los Clash en contra del Establishment rockero de la época, encarnado en los grupos progresivo-sinfónicos. Más allá, incluso, de la postura nihilista de letras que proclamaban “no future” en contraste con el idealismo naif que había dominado la contracultura joven de los ’60, la realidad es que el virtual “Año Cero” que planteó el punk fue decisivo para que una industria musical anquilosada en el conformismo se abriese a nuevas propuestas.
            El efecto más interesante y duradero del cambio que trajo el estallido punk se empezó a sentir, sin embargo, un par de años más tarde, cuando su onda expansiva desencadenó una serie de cambios que afectaron a toda la escena musical del último cuarto de siglo. En términos estilísticos, la crudeza musical del primitivo punk fue mutando en las diversas, ambiciosas propuestas de la new wave británica del período 1979-1982, un abanico que abarcó desde el nihilismo existencialista de Joy Division, al rock industrial de Cabaret Voltaire, pasando por la poética sofisticación de Magazine, el rock gótico de Bauhaus, la movida new-romantic de Adam and the Ants, el tecno-pop de Depeche Mode y el politizado primitivismo de The Pop Group. En esta renovación de sonidos e ideas tuvo un rol preponderante la aparición de nuevos y muy originales sellos independientes como Stiff, Factory, Postcard y Rough Trade. En poco tiempo más se les agregaría otra compañía llamada a dejar una marca sensible en la música de las últimas dos décadas del siglo XX: 4AD.
            El sello 4 AD fue la creación de Ivo Watts-Russell, un muchacho nacido en Northamptonshire en 1954, que había crecido escuchando los sonidos de avanzada que difundía el famoso programa radial de John Peel. A los 17 años, Ivo se mudó a Londres y conoció a Martin Mills, quien le ofreció un trabajo en la nueva sucursal de su disquería Beggars Banquet.
Hacia 1979 Beggars Banquet se había expandido con la creación de un nuevo y exitoso sello indpendiente que había tenido hits con artistas como Tubeaway Army (con el joven Gary Numan) y The Lurkers. Ivo era ahora supervisor de las varias disquerías y su oficina estaba repleta de demos que dejaban las nuevas bandas ansiosas de encontrar un sello grabador que simpatizara con sus propuestas. Ivo y su compañero de trabajo, Peter Kent eran, por lo general, los primeros en escuchar estos demos y en recomendar artistas a Mills y Austin.
            Los fundadores de Beggars Banquet, viendo el entusiasmo que Ivo y Peter ponían en la tarea, les propusieron formar su propio sello independiente, para lo cual ofrecían prestarles dinero y permitirles usar la estructura de BB para distribuir los discos. Ivo y Peter aceptaron muy contentos y, con una inversión inicial de 2000 libras esterlinas, el nuevo sello despegó. Al principio se llamó Axis pero, por problemas legales, al poco tiempo cambió su nombre por el de 4AD.
            Peter y Ivo admiraban la labor de los sellos independientes de entonces, que parecían tener una identidad tan sólida como los artistas cuyos discos editaban y se propusieron

Portada de "In the Flat Field", el álbum debut de Bauhaus

            El primer grupo importante en 4 AD fue Bauhaus, quienes venían de editar su single “Bela Lugosi’s Dead” en otro indie llamado Small Wonder. Para la época en que debutaron en Axis en 1980 con “Dark entries”, la banda encabezada por el cantante Peter Murphy ya había empezado a impresionar a las audiencias británicas con su sonido dark y teatral y la impresionante puesta escénica de sus shows. “Dark entries” se agotó rápidamente y su segunda edición fue el primer single que llevó la etiqueta 4AD.
Para fines del ’80, Bauhaus ya había sacado otros dos singles, “Terror couple kill colonel” y “Telegram Sam”, así como también un notable álbum debut, In the Flat Field.
            Otro grupo que impresionó a Ivo fue Rema-Rema. Tenían un ímpetu experimental casi caótico que recordaba por momentos a Captain Beefheart. Todo eso quedó registrado en un EP de cuatro temas llamado Wheel in the Roses. Rema Rema tuvo vida efímera pero tres de sus ex miembros –Gary Asquith, Mick Allen y Mark Cox- formaron el grupo Mass, con la adición de Danny Briottet. Su primer single, “You and I” fue una lógica progresión de la intensidad primal de Rema-Rema, concretada en forma más completa en el único álbum que grabaron, Labour of Love.

            Hacia fines de 1980 y después de haber editado juntos diecinueve discos, Ivo y Peter separaron sus caminos. Watts-Russell quedó como único encargado de 4AD, mientras que su ex socio partió para formar otro sello dependiente de Beggars, Situation Two. Al mismo tiempo, Ivo aprovechó la oportunidad para redefinir el rol de 4AD. El sello ya no sería un semillero de Beggars Banquet, sino que tendría una personalidad y un destino propios. Bauhaus fue el último grupo en ser acaparado por el sello madre, BB.



Furia desatada y calma etérea

            Una de las primeras bandas que dejó una marca indeleble en el naciente sello 4AD fue The Birthday Party, el grupo capitaneado por Nick Cave que había llegado de su Australia natal a Inglaterra en 1980. Ivo los vio como teloneros del grupo alemán D.A.F en el Moonlight Club de Londres y observó que la audiencia los odiaba cordialmente. Fascinado por la actuación del grupo, Ivo fue al backstage y descubrió que Cave y Cía habían grabado el tema que más le había gustado del show, “The friend catcher” y que estaban buscando un sello que los editase. Obviamente el sello fue 4AD y ese single pronto fue seguido de dos espectaculares álbumes: Prayers on Fire, en 1981, y Junkyard, en 1982. La música claustrofóbica, siniestra de The Birthday Party de a poco fue ganándose un espacio en la escena inglesa de los primeros años ochenta, su ferocidad a flor de piel era un antídoto perfecto para el conformismo de la sociedad yuppie que despuntaba con los albores del Thatcherismo.


            Sin duda el más significativo debut de 1982 fue el de Cocteau Twins. Los nervios motores de la banda, la cantante Elizabeth Fraser y el guitarrista Robin Guthrie, le habían dado un demo a Ivo cuando estuvieron en Londres, siguiendo la gira de The Birthday Party. Ivo la escuchó en su auto y enseguida le impactó el sonido del instrumento de Guthrie. Al invitar a CT a grabar un single en Londres, le cayó la ficha del otro gran activo del grupo: la extraordinaria cualidad de la voz de Fraser. Inmediatamente, Ivo los invitó a grabar un álbum, que resultó ser Garlands. El disco ya poseía el embrión del sonido etéreo y onírico que se volvería una marca de fábrica de Cocteau Twins y uno de los primeros sorprendidos fue el famoso DJ John Peel, quien invitó a Fraser, Guthrie y el por entonces bajista del grupo, Will Heggie, a grabar una sesión para su prestigioso programa radial en la BBC. El sonido de 4AD empezaba a abrirse paso en la conciencia colectiva de los británicos. 
            En los años posteriores, y más aún cuando Simon Raymonde cerró la formación clásica del grupo al adueñarse del puesto de bajista, Cocteau Twins se volvió el símbolo máximo del temprano de 4AD ya que, aunque la hegemonía sonora del sello sea en verdad un espejimo, esos primeros años estarán por siempre asociados a una música brumosa y etérea como la que personificó el trío Fraser/Guthrie/Raymonde, a través de álbumes inolvidables como Head Over Heels, Treasure, Victorialand, Blue Bell Knoll y Heaven or Las Vegas.


           
            Otro año de intensa actividad fue 1983. Desde Alemania llegó una cinta que impresionó fuertemente a Ivo. Se trataba de X-Mal Deutschland, grupo femenino cuyo sonido se podía ubicar a mitad de camino entre la atmósfera volátil de Cocteau Twins y la gélida, oscura impronta rockera de Siouxsie & the Banshees. Las cuatro chicas grabarían dos álbumes impactantes en el sello, Fetisch y Tocsin, además del inquietante single “Incubus Succubus II”. Mientras tanto, en el frente interno, 4AD le dio vía libre al grupo The Wolfgang Press, un nuevo proyecto encarado por Mark Cox y Michael Allen, ex integrantes de Mass y Rema-Rema. El primer álbum, The Burden of Mules era ya testigo de la química creativa de Mark y Michael, un sonido original que, sin abjurar de cierto toque onírico que seguía presente en las tempranas ediciones del sello, recorría tamibién un amplio espectro estilístico, con el rock y el soul como vectores básicos. Los años siguientes verían un crecimiento exponencial del sonido TWP, tanto en la estructura de las composiciones propias como en la originalidad de los covers de temas clásicos como “Mama told me not to come”, de Randy Newman, y “Respect”, de Otis Redding a los que la banda les brindó una nueva fisonomía. La curva evolutiva de la banda puede observarse en álbumes sucesivos como Standing Up Straight, Bird Wood Cage y Queer.

Tapa de "It'll End in Tears", de This Mortal Coil

            A todo esto, 4AD crecía constantemente y se incorporaban nuevos grupos, como Colourbox, iniciativa de los hermanos Martyn y Steven Young que abordaba un pop con posibilidades bailables y como Modern English, artesanos de un pop muy climático. También se integró Dif Juz, un cuarteto instrumental cuyas composiciones evocativas con cierto toque ambient fueron un importante hito primerizo para la posterior explosión de la movida post-rock. Entretanto, de Holanda arribó Clan of Xymox, grupo con centro en Amsterdam y un trío de compositores que lo orientaban al coampo del pop melódico con aristas sofisticadas. Por otra parte la consolidación del concepto 4AD quedó por siempre fijada en la retina colectiva con la regularidad que adquirió el elenco artístico de Envelope 23 en el diseño de portadas de discos y posters promocionales. Fotos superpuestas de paiajes fantasmales, claroscuros mutantes y curiosas sombras de colores sirvieron para consolidar aún más la atmósfera etérea y evanescente asociada con el sello.
 En 1983 se produjo un acontecimiento importante con la constitución de This Mortal Coil, una especie de seleccionado informal de músicos de varios grupos de 4AD (Cocteau Twins, Colourbox, Cidytalk, etc.) que unieron esfuerzos para la grabación del álbum It’ll End in Tears, integrado mayormente por covers de temas muy caros a los diferentes participantes. La guindita sobre la torta fue la versión del clásico de Tim Buckley “Song to the siren”, con una interpretación vocal de Elizabeth Fraser solemne, casi ritual, que lo convirtió instantáneamente en un hito. Con diferentes configuraciones musicales, This Mortal Coil reaparecería más tarde con otros dos excelentes álbumes, Filigree and Shadow y Blood.
La tapa de "Aion", de Dead Can Dance, reproduce un fragmento del cuadro "El Jardín de las Delicias", de Hieronymus Bosch.
            La principal incorporación que trajo 1984 fue la de Dead Can Dance, que muy pronto se iba a transformar en otra de las bandas insignia de 4AD. Las semillas de sus obras posteriores ya estaban presentes tanto en su álbum debut homónimo como en el EP Garden of Arcane Delights pero en este primer período DCD eran todavía nominalmente un grupo de orientación dark, dominado por los contrastantes estilos vocales de Lisa Gerrard y Brendan Perry. En discos posteriores, como Spleen and Ideal, Within the Realm of a Dying Sun, Aion y The Serpent’s Egg  Dead Can Dance revelaría la amplitud de su paleta sonora, abordando una mezcla de sonidos orientales, música del medioevo y del Renacimiento, para –en una posterior etapa que incluyó álbumes como Into the Labyrinth- incorporar referencias a diversas músicas étnicas.
Throwing Muses: "Red Heaven"

La conquista de América

           
Hasta mediados de los ’80, el repertorio de 4AD estaba constituído por artistas británicos y un par de representantes de la escena europea pero, en 1986 Ivo se vio envuelto en una galleta de tránsito y, como solía hacer en estos casos, puso una cinta en el pasacassetes de su auto para distraerse. Resultó ser una banda de Rhode Island llamada The Throwing Muses, encabezada por las hermanastras Kristin Hersh y Tanya Donnelly, secundadas por una original sección rítmica masculina. Ivo envió a Estados Unidos a Gil Norton (quien había trabajado con Echo & the Bunnymen en el álbum Ocean Rain) para que produjese el primer disco de las Muses, uno de los debuts más festejados de los ‘80s. El de Throwing Muses era un sonido fresco; canciones bien bocetadas, con un aire pop pero también con la garra que uno asocia con el rock y una urgencia más afín a los postulados del punk. Sumamos las letras perceptivas y francas de Kristin Hersh y obtenemos uno de los conceptos más originales que produjo la movida de rock under americano en esa década.


            Felizmente, el compromiso de Ivo con el rock yanqui no quedó allí. Pocos meses más tarde el mánager de Throwing Muses, Ken Goes, le entregó al capo de 4AD una cinta que había impresionado al baterista del grupo, David Narcizo. Ivo escuchó esos demos incesantemente mientras paseaba por Nueva York. Le gustaba el sonido pero no estaba del todo seguro si la ferocidad punk del grupo se iba a llevar bien con el estilo que, quiérase o no, 4AD había estado asociado en los años anteriores. La calidad del grupo pudo más que las dudas y al poco tiempo, los Pixies eran también invitados a subir a bordo del sello de Watts-Russell. Enseguida, siete temas del famoso demo se transformaron, así como así, en el mini-album Come on Pilgrim. La respuesta, en Inglaterra, fue explosiva, tanto de parte de la prensa escrita como de la radio –con John Peel, una vez más, a la cabeza- y el público tampoco se hizo rogar. Los Pixies eran la fórmula ideal para quebrar cierto diletantismo musical que se había enseñoreado con la escena británica a esa altura de la década. Con sus temas cortos, precisos, cortantes y directos, los subsiguientes álbumes Surfer Rosa y Doolittle vieron el nacimiento de un nuevo estilo, marcado a fuego por el punk en sus estribillos casi telegramáticos y sus cortantes riffs de guitarra, pero también con la sensibilidad atemporal del pop, una impronta que se fue acrecentando en posteriores discos como Bossanova y Trompe Le Monde. El núcleo motor de los Pixies residía en el difícil equilibrio creativo entre el vocalista, guitarrita y principal compositor, Black Francis, y la carismática-a-pesar-suyo figura de la cantante y también guitarrista Kim Deal. En el alba de los ‘90s, necesitada de otro vehículo musical para expresar las ideas contenidas, Kim formó Breeders banda que al editar su debut Pod era un proyecto paralelo pero que, a la altura de su segundo esfuerzo, Last Splash (convertido en suceso masivo gracias al hit “Cannonball”) se había convertido en la prioridad de Deal, tras la implosión de los Pixies en medio de las consabidas “diferencias musicales y humanas” de sus miembros. Dispuesto a no quedarse relegado tras la onda expansiva de Pixies, Black Francis cambió de orden su nombre y pasó a llamarse Frank Black para sus proyectos en solitario, que comenzaron con su álbum homònimo. Por su parte, Tanya Donnelly, vinculada primero a Throwing Muses y luego a las Breeders, decidió en 1993 que ya era tiempo de gestar algo propio y lanzó Belly, grupo que debutaría en 4AD con Star.

Tapa de "Nine Types of Light", de TV On the Radio

Eclécticos Noventas

            La compañía de Ivo Watts-Russell entró en los noventa con todos los motores funcionando a pleno. No era fácil timonear un sello en el complejo panorama musical que mostraba la última década del siglo XX. Por un lado Inglaterra contemplaba el renacer del pop de guitarras con la movida Madchester, encabezada por los Stone Roses. Pero esa misma corriente vio el surgimiento de los Happy Mondays, uno de los protagonistas de una fusión inédita entre el pop y la música dance, con un rol cada vez más importante de la electrónica. Otros músicos, de ciudades económicamente prósperas del llamado Valle del Támesis, como Oxford y Reading, se embarcaban en nuevas aventuras sonoras que privilegiaban la improvisación instrumental sin desdeñar la inmediatez de un buen estribillo pop.
            Ivo captó la esencia de estos cambios y 4AD fue protagonista crucial de estas nuevas rutas musicales que se abrían en las islas británicas. Asociaciones efímeras como M/A/R/R/S, que produjo el megahit “Pump up the volume” trajeron un necesario respiro económico, mientras que nuevos artistas como Lush y Slowdive sumaron el frente de los llamados “Shoegazers” un bienvenido costado melódico y sutil. A.R.Kane estableció un balance mágico entre lo experimental y lo popular con su disco 69.
            En los ’90, la operación musical de 4AD en Estados Unidos trajo las contrataciones de His Name Is Alive y Red House Painters, dos bandas que uno puede asociar con la tradición clásica del sello, y al decir esto uno piensa en composiciones impresionistas con un toque liviano y evanescente. Ultra Vivid Scene, por otro lado, aportó un elemento de investigación y riesgo, mezclando pop, electrónica y ciertos devaneos con el rock industrial, a través de discos que probaron ser muy influyentes, como Joy 1967-1990 o Rev.
También 4AD fue pionero en anticipar el giro místico que tomaría el nuevo country-folk en la parte final de la década, y una consecuencia inmeata de esto fue la contratación del grupo Tarnation que pronto produjo el soberbio debut Gentle Creatures y también la incorporación de Heidi Berry, cantautora cuyo tono intimista traía a la memoria a figuras de otra década, como Nick Drake o Melanie. La mitad de los ’90 vio varias contrataciones de damas hábiles en la composición y el canto. Kristin Hersh matizó sus labores con Throwing Muses y sus tareas hogareñas con una creciente actividad solista, que se inició con el álbum Hips and Makers. Por su parte, la ex fundadora de Dream Syndicate y Opal, Kendra Smith, trajo su impronta instrospectiva a 4AD con Five Ways of Dissapearing. que contenía una devastadora versión del clásico de Richard & Mimi Fariña “The Bold Marauder”. Otra cantautora que exploró los costados oscuros de la psique fue Lisa Germano, quien se hizo presente en 1994 con el disco Happiness.  Ivo también era un fan de Jenny Toomey, la cantante del grupo Tsunami, de modo que la invitó a grabar un álbum para 4AD y el resultado fue Listening Cup grabado bajo el nombre artístico de Liquorice.  

Arte de portada de álbum epónimo de Bon Iver

Ayer, hoy, siempre

            En la segunda mitad de los ’90 la escena británica estuvo dominada por del Britpop de Oasis, Blur y un sinfín de actores secundarios. Pero eso no fue, ni por asomo, lo único que pasó musicalmente hablando en las islas. Hubo sellos independientes como Too Pure, Setanta y Domino que siguieron manteniendo en alto la llama de una música ambiciosa y no concesiva. 4AD atravesó por esta etapa con hidalguía, sosteniendo la apuesta artística con bandas como Pale Saints, Mojave 3 y los irlandeses Scheer que invistieron a la natural experimentación del sello de un toque de urgencia e inmediatez acorde con los tiempos. La fusión de electrónica y dance continuó siendo explorada con bandas como los islandeses Gus Gus
Hoy la orientación de su repertorio es tan variada como siempre y abarca a nuevos cantautores como Rachel Goswell, Neil Halstead y la ex cantante de The Delgados, Emma Pollock, exponentes del neopunk, como los australianos Wolf & Club y un par de valuartes del renacimiento del rock polimorfo, audaz y complejo que se está acuñando hoy en Estados Unidos, como Beirut, TV On the Radio y Blonde Redhead.  El sello no se priva, además, de algunos gustos artísticos exremos, como la contratación del polémico genio recluso Scott Walker, quien viene de editar en 4AD uno de sus trabajos más inescrutables. The Gift.
En el siglo XXI, 4AD sigue siendo una presencia insoslayable en el panorama musical del Reino Unido.

                                               Alfredo Rosso

Nota: Desde que este artículo se publicó en revista La Mano, en 2008, 4AD ha seguido a la vanguardia de la música excelente y experimental con artistas como Broken Records, Bon Iver, tUnE-yArDs, Mark Lanegan, St. Vincent y muchos más. Dénse una vuelta por su sitio web para más detalles: www.4ad.com

A.R. 27-2-12

1 comentario:

Pedro dijo...

Maestro !!! Alfredo desde hace años disfruto c/ articulo que escribís, gracias
saludos